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El muñeco de jengibre 🍪

Hoy te espera una lectura perfecta para los niños, ¡ideal para acompañar con unas deliciosas galletas de jengibre caseras!

Muñeco de jengibre hablando con las ovejas

Día 5: El muñeco de jengibre

Sello para el cuento de el  muñeco de jengibre

¿Te gusta hacer galletas? ¿Las adornas con glaseado o con chocolate?

Pues ten cuidado al abrir el horno, que cuando llega la Navidad las galletas ¡COBRAN VIDA!

En nuestro calendario de adviento deL día de hoy, descubre la historia de una galleta muy muy especial.

Y además, si no sabes hacer galletas de jengibre te dejamos la receta al final.

El muñeco de jengibre

Había una vez una anciana que vivía con su marido en una casita en medio del bosque. Un día de navidad, la anciana decidió hornear algo especial. Mezcló harina, azúcar y especias, y moldeó la masa en la forma de un pequeño hombrecillo. Le puso ojos de pasas, una sonrisa hecha con glaseado y botones de caramelos. Luego, lo metió al horno.

Mientras horneaba, algo sorprendente sucedió. Cuando la anciana abrió la puerta del horno para sacar el muñeco, este cobró vida de repente, saltó de la bandeja y salió corriendo por la puerta gritando:

—¡Corre, corre, tan rápido como puedas! ¡No puedes atraparme, soy el muñeco de jengibre!

La anciana y su esposo intentaron atraparlo, pero el muñeco corría tan rápido que pronto los dejó atrás.

En el camino, el hombrecillo se encontró con una vaca.

—¡Mmmm…qué pinta tan deliciosa! —dijo la vaca—. ¡Voy a comerte!

—¡Corre, corre,todo lo que puedas! ¡Al muñeco de jengibre jamás atraparás! —respondió él, y salió disparado antes de que la vaca pudiera atraparlo.

Después, se encontró con un rebaño de ovejas.

—¡Tengo ganas de un dulce! —dijo una.

—¡Huele apetitosa! —dijo una.

—¡Corred, corred, todo lo que podáis! ¡Al muñeco de jengibre jamás atraparéis! —y de nuevo escapó sin problemas.

La galleta de jengibre siguió corriendo y burlándose de todos los que intentaban atraparlo: una gallina, un cerdo y muchos más, todos quedaron atrás mientras él cantaba su canción.

Finalmente, llegó a un río. El muñeco no sabía nadar, y mientras pensaba cómo cruzar, apareció un zorro astuto.

—Puedo ayudarte a cruzar —dijo el zorro—. Sube a mi cola, y te llevaré al otro lado.

El muñeco, dudando un poco, aceptó y subió a la cola del zorro. Cuando llegaron a la mitad del río, el zorro dijo:

—Mi cola se está mojando. ¿Por qué no subes a mi espalda?

El muñeco de jengibre obedeció y subió a la espalda del zorro.

El zorro siguió nadando y entonces volvió a decir —Mi espalda también está mojada. ¿Por qué no subes a mi hocico?

El Muñeco de Jengibre se subió al hocico del zorro y este continuó nadando con calma hacia la orilla. Justo cuando estaban a punto de llegar, el zorro dio un repentino movimiento rápido, levantó la cabeza y ¡chas! Abrió su boca y atrapó al muñeco de jengibre entre sus dientes.

El pequeño muñeco gritó entre los dientes del zorro—¡No puedes comerme, soy el muñeco de jengibre!

Pero el zorro, astuto como era, respondió con una sonrisa mientras lo masticaba—¡Corre ahora, si puedes!

El zorro se relamió los labios y se echó a descansar bajo un árbol. Mientras se acomodaba, pensó en lo lejos que había llegado el muñeco de jengibre solo para ser atrapado al final.

Y así terminó la aventura del muñeco de jengibre: rápido, ingenioso, pero no lo suficiente como para vencer al astuto zorro.

¿Y de dónde ha salido esta historia?

El cuento del muñeco de jengibre (The Gingerbread Man)  es una historia muy antigua que no tiene un solo autor. Es lo que se llama un cuento tradicional, lo que significa que las personas lo contaban de boca en boca, como si fuera un juego de pasar historias. En 1875 alguien lo escribió en Estados Unidos, en un número de la revista infantil St. Nicholas Magazine, pero nadie sabe exactamente quién fue el creador.

Es una historia que se ha contado de muchas maneras diferentes en muchos lugares del mundo, y siempre tiene un mensaje especial. Nos enseña que no importa lo rápido o listo que seas, a veces necesitas tener cuidado con los problemas y ser muy astuto, porque siempre hay alguien más inteligente (como el zorro en este caso).

¿Te imaginas cómo las familias contaban este cuento hace mucho tiempo? ¡Quizás frente a una chimenea, en un día de invierno, mientras comían galletas de jengibre! Y a vosotras ¿Os gustan las galletas de jengibre o preferís las de chocolate?

Receta para unas ricas galletas de jengibre

Ingredientes

  • 2 tazas de harina de trigo
  • 1/2 taza de azúcar
  • 1/2 taza de mantequilla (a temperatura ambiente)
  • 1 huevo
  • 2 cucharaditas de jengibre en polvo
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1 pizca de sal

Para decorar (opcional)

  • Glaseado de colores (puedes usar azúcar glas, un poquito de agua y colorante)
  • Chispas de chocolate

Pasos a seguir

  1. Preparar la masa:
    • En un tazón grande, mezcla la harina, el azúcar, el jengibre, la canela y la sal.
    • Agrega la mantequilla y mezcla con las manos hasta que se formen migas ¡es como jugar con plastilina!
    • Añade el huevo y sigue mezclando hasta que la masa sea suave y fácil de manejar. Si está pegajosa, puedes agregar un poquito más de harina.
  2. Formar las galletas:
    • Estira la masa con un rodillo sobre una superficie limpia y enharinada, hasta que tenga un grosor de más o menos medio centímetro.
    • Usa cortadores de galletas (de muñecos, estrellas o lo que tengan) para cortar las formas. Si no tienes cortadores, puedes usar un vaso o moldear las figuras con las manos.
  3. Hornear:
    • Precalienta el horno a 180 °C (350 °F).
    • Coloca las galletas en una bandeja con papel para hornear (o ligeramente engrasada).
    • Hornea por unos 10-12 minutos, hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
  4. Dejar enfriar:
    • Saca las galletas del horno y déjalas enfriar en la bandeja por 5 minutos. Luego pásalas a un plato o rejilla para que enfríen completamente.
  5. Y llega la parte más divertida, decorar:
    • Una vez que las galletas estén frías, decóralas con glaseado, confites o lo que prefieras. ¡Deja volar tu imaginación!

¡Y listo! Ahora tus peques tienen unas galletas deliciosas que han hecho con sus propias manos. ¿Qué tal acompañarlas con leche o chocolate caliente? ☕️

muñeco de jengibre

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