La leyenda del conde «Drácula» adaptada para niños y niñas 🧛🏻‍♂️

¿Te gustan las historias de vampiros, castillos, viajes y aventuras? ¿Quieres conocer la historia del conde Drácula, el vampiro más famoso y temido de todos los tiempos? ¿Te atreves a seguir a Jonathan Harker, Mina Murray y sus amigos en su lucha contra el mal?

El Conde Drácula saliendo de su ataúd

Conde Drácula

Si tu respuesta es sí, entonces no te pierdas este post, donde te contamos la historia del conde Drácula adaptada para niños y niñas. Es una historia basada en un libro clásico de Bram Stoker, pero con un lenguaje sencillo y divertido. Te aseguramos que te va a gustar y que te va a hacer pasar un rato muy entretenido.

Pero antes de empezar, queremos advertirte que esta historia puede dar un poco de miedo, porque hay algunas escenas que tal vez sean un poco fuertes. Por eso os recomendamos leerla acompañados y de día. No vaya a ser que de noche aparezca el conde Drácula…

Y ahora sí, prepárate para disfrutar de esta historia. ¡Empezamos!

La leyenda del conde Drácula

Viaje a Transilvania para conocer al conde Drácula

Hace mucho tiempo, en el siglo XIX, vivía en Londres un joven llamado Jonathan Harker. Era un abogado que trabajaba para una empresa que se dedicaba a comprar y vender propiedades. Un día, su jefe le encargó que fuera a Transilvania, un país lejano y misterioso, para cerrar un trato con un conde llamado Drácula. El conde quería comprar una casa en Londres, y Jonathan tenía que llevarle los papeles y las llaves.

Éste aceptó el encargo y se preparó para el viaje. Tomó un tren hasta Budapest, la capital de Hungría, y luego otro hasta Bistritz, una ciudad cercana a Transilvania. Se alojó en una posada, donde le advirtieron que no siguiera su camino, porque era muy peligroso. Le dijeron que el conde Drácula era un hombre malvado y cruel, que vivía en un castillo rodeado de lobos y murciélagos, y que tenía poderes sobrenaturales. Además era el último de los vampiros, seres que se alimentaban de la sangre de los vivos.

Jonathan no hizo caso de las advertencias y siguió su camino. Al día siguiente, tomó un carruaje que lo llevó hasta el límite del bosque donde lo esperaba otro carruaje negro, tirado por cuatro caballos negros, que lo llevaría hasta el castillo del conde. El conductor del carruaje era un hombre alto y delgado, vestido de negro, con una capa negra y unos guantes negros. No hablaba nada, solo conducía a toda velocidad por el bosque oscuro y tenebroso.

Cuando llegó al castillo ya era de noche. El conductor lo dejó en la puerta y se marchó sin decir nada. El muchacho llamó a la puerta y se abrió sola. Entró en el castillo y se encontró con el conde Drácula. Era un hombre viejo y pálido, con el pelo blanco y la barba puntiaguda. Sus ojos rojos y brillantes, unas cejas pobladas y manos largas y finas. Lo más extraño eran sus dientes: dos colmillos muy afilados que sobresalían de su boca.

El conde Drácula le dio la bienvenida al chico y lo invitó a pasar a su salón. Le ofreció comida y bebida, pero él no comió ni bebió nada. Solo habló con Jonathan sobre el trato que habían hecho y sobre Londres. Le dijo que quería ir a vivir allí para conocer gente y aprender cosas nuevas. Le gustaban las mujeres inglesas, especialmente las rubias.

Jonathan se sintió incómodo con el conde Drácula, pero no quiso faltarle al respeto. Le entregó los papeles y las llaves de la casa que había comprado en Londres, y le dijo que al día siguiente volvería a su país. El conde le informó de que podía quedarse esa noche en el castillo, pero que no saliera de su habitación ni explorara el resto del castillo.

El joven obedeció y se fue a su habitación. Allí escribió una carta para su novia Mina, una joven que vivía en Londres. Le contó lo que había visto y lo que había hecho, pero no le dijo nada sobre el conde Drácula ni sobre sus sospechas. Se despidió diciéndole que pronto volvería a verla y que la quería mucho.

Esa noche, aunque se durmió pensando en Mina, tuvo una pesadilla horrible. Soñó que el conde Drácula entraba en su habitación por la ventana y se acercaba a su cuello con sus colmillos. Se despertó sobresaltado y se dio cuenta de que no era un sueño. Drácula estaba en su habitación, y le había mordido el cuello. Jonathan sintió un dolor terrible y se desmayó.

Al día siguiente, se despertó y vio que tenía dos marcas en el cuello. Se asustó mucho y decidió escapar del castillo. Pero no sabía cómo salir, porque todas las puertas y ventanas estaban cerradas con llave. Entonces vio una escalera que bajaba al sótano. Pensó que quizás allí encontraría una salida.

Bajó por la escalera y llegó a una sala llena de ataúdes. Abrió uno de ellos y se encontró con el conde Drácula durmiendo dentro. Estaba pálido y frío, y no respiraba. Jonathan se dio cuenta de que el conde era un vampiro, y que solo podía salir de noche. A su alrededor había más ataúdes, donde descansaban otros vampiros, y todos ellos eran víctimas del conde Drácula.

Jonathan tuvo una idea: cogió un martillo, una estaca de madera y se acercó al ataúd del conde Drácula. Pensó que si le clavaba la estaca en el corazón, lo mataría para siempre. Pero cuando estaba a punto de hacerlo, el vampiro abrió los ojos y lo miró con furia. El joven se asustó tanto que soltó el martillo y la estaca y salió corriendo.

Drácula se levantó de su ataúd y lo persiguió por el castillo. El chico corrió lo más rápido que pudo, buscando una salida. Al final, encontró una ventana abierta por la que saltó al exterior. Cayó al suelo y se hizo daño, pero no le importó. Se alejó del castillo sin mirar atrás.

Jonathan logró llegar a un pueblo cercano, donde le ayudaron unos campesinos. Le curaron las heridas y le dieron comida y ropa. Le contaron que el conde era el señor de esas tierras, y que nadie se atrevía a enfrentarse a él. Le dijeron que tenía que irse cuanto antes, porque si no lo buscaría para vengarse.

Él siguió su consejo y tomó un carruaje que lo llevó hasta el puerto más cercano. Allí tomó un barco con destino a Londres. Durante el viaje, escribió otro carta para Mina, donde le contaba toda la verdad sobre el conde Drácula y lo que le había pasado. Le dijo que tenía miedo de que el vampiro fuera a Londres a buscarla, y que debía tener cuidado.

De vuelta en Londres: la historia de Mina y Lucy

Mientras tanto, en Londres, Mina recibió la primera carta de Jonathan, donde le decía que pronto volvería a verla. Se puso muy contenta y decidió ir a visitar a su amiga Lucy, otra joven que vivía en Whitby, una ciudad costera al norte de Inglaterra. Lucy tenía tres pretendientes: Arthur Holmwood, un caballero rico y noble; Quincey Morris, un vaquero americano valiente y simpático; y John Seward, un médico joven e inteligente.

Mina llegó a Whitby y se alojó en la casa de Lucy. Disfrutaron de unos días paseando por la playa, viendo las olas del mar y las gaviotas. Un día, vieron llegar un barco al puerto. Era un barco grande y viejo, cargado de cajas de madera. No había nadie a bordo, tan solo un perro negro que saltó al agua y desapareció.

Las dos muchachas se acercaron al barco para ver qué pasaba. Allí encontraron el diario del capitán, donde contaba que habían salido de Transilvania con una carga para un tal conde Drácula. Contaba que durante el viaje habían ocurrido cosas extrañas: los marineros habían desaparecido uno a uno, los animales habían muerto o huido, y él había visto una figura oscura que se movía por el barco.

Mina leyó el diario del capitán y se asustó mucho. Recordó lo que le había contado Jonathan sobre el conde Drácula y pensó que era el mismo que había llegado en el barco. Se lo dijo a Lucy, pero ella no le creyó. Ésta pensó que eran solo cuentos de miedo y que no había que preocuparse.

Esa noche, Lucy tuvo una pesadilla horrible. Soñó que una sombra negra entraba por su ventana y unos colmillos se acercaba a su cuello. Se despertó sobresaltada y vio que tenía dos marcas en el cuello. Se lo dijo a Mina, pero ella no le dio importancia. Pensó que se habría hecho daño con algún alfiler o con algún collar.

Al día siguiente, Lucy se sintió muy débil y cansada. Tenía la piel pálida y los labios secos. No tenía hambre ni sed. Solo quería dormir. Mina se preocupó por ella y decidió llamar a uno de sus pretendientes, el doctor John Seward, para que la examinara.

John Seward llegó a Whitby y vio a Lucy. Le tomó el pulso, la temperatura y la presión. Le hizo unas preguntas y le miró las marcas del cuello. No supo qué le pasaba, pero le pareció muy grave. Decidió pedir ayuda a un amigo suyo, el doctor Abraham Van Helsing, un médico holandés muy famoso y sabio.

Van Helsing llegó a Whitby y vio a Lucy. Le hizo las mismas pruebas que John Seward, pero él sí supo qué le pasaba. Reconoció las marcas del cuello. Le dijo a John Seward que Lucy estaba siendo atacada por un vampiro cada noche, y que por eso estaba perdiendo su sangre y su vida.

John Seward no podía creer lo que le decía Van Helsing, pero confiaba en él. Le preguntó qué podían hacer para salvar a Lucy. Y éste le aconsejó que tenían que protegerla del vampiro con unos ajos, unos crucifijos y unas hostias consagradas. También, que tenían que hacerle transfusiones de sangre para reponer la que perdía.

John Seward y Van Helsing hicieron lo acordado, y Lucy empezó a mejorar. Recuperó el color y la fuerza, y volvió a tener hambre y sed. Parecía que estaba curada, pero Van Helsing les advirtió que no se confiaran, porque el vampiro podía volver en cualquier momento.

Y así fue. Una noche, el vampiro logró entrar en la habitación de Lucy y la atacó de nuevo. Le chupó toda la sangre que le quedaba y la convirtió en una vampira como él. Al día siguiente, Lucy estaba muerta.

John Seward, Van Helsing y Mina lloraron por Lucy, pero no se rindieron. Decidieron buscar al vampiro que la había matado y acabar con él para siempre. También se unieron a ellos Arthur Holmwood y Quincey Morris, los otros dos pretendientes de Lucy, que habían llegado tarde para despedirse de ella.

La alianza contra Drácula

Los cinco amigos siguieron las pistas del vampiro hasta llegar a la casa que había comprado en Londres. Allí encontraron las cajas de madera que había traído del barco, llenas de tierra de Transilvania. Descubrieron que el vampiro dormía en esas cajas durante el día, y salía de ellas durante la noche para buscar víctimas.

Los cinco amigos destruyeron las cajas de madera para dejar al vampiro sin refugio. Y decidieron clavar una estaca en el corazón de Lucy, para liberar su alma del vampirismo. Fue Arthur Holmwood quien lo hizo, porque era el que más la quería.

Mientras tanto, en Londres, Jonathan Harker llegó al fin a casa después de su terrible aventura en Transilvania. Cuando se reunió con Mina, se abrazaron con alegría. Se contaron todo lo que les había pasado y se dieron cuenta de que tenían un enemigo común: el conde Drácula.

Jonathan y Mina se pusieron en contacto con los otros cuatro amigos y se unieron a ellos en su lucha contra el vampiro. Juntos formaron una alianza para vencer al mal.

La reacción del conde Drácula

Pero el conde Drácula no se quedó quieto. Se enteró de que sus enemigos habían destruido sus cajas y habían liberado a Lucy. Se enfureció y decidió vengarse de ellos. Escogió a Mina como su próxima víctima, porque era la novia de Jonathan y amiga de Lucy.

Una noche, el conde Drácula entró en la habitación de Mina y la atacó. Le chupó un poco de sangre y le hizo beber de la suya. Así estableció un vínculo entre ellos, que le permitía controlar su mente y ver lo que ella veía.

Mina se dio cuenta de lo que le había pasado y se lo contó a sus amigos. Ellos se asustaron mucho y la protegieron con los mismos objetos que habían usado con Lucy. Pero sabían que esto no era suficiente. Tenían que matar al conde Drácula antes de que fuera demasiado tarde.

La idea de Van Helsing

Van Helsing tuvo una idea: usar el vínculo entre Mina y el conde Drácula para rastrearlo. Le hizo unas preguntas a Mina y le pidió que se concentrara en lo que veía el vampiro. Así descubrió que el conde Drácula había huido de Londres y había vuelto a Transilvania, llevándose consigo algunas cajas de madera.

Los seis amigos decidieron seguir al vampiro hasta Transilvania y acabar con él allí. Se dividieron en dos grupos: uno formado por Jonathan Harker y Quincey Morris, que iban en tren; y otro formado por John Seward, Arthur Holmwood, Van Helsing y Mina, que iban en carruaje.

Cuando todos llegaron a Transilvania, se encontraron en el pueblo donde Jonathan había estado antes. Se enteraron de que el conde Drácula había llegado antes que ellos y se había refugiado en su castillo. También, de que había contratado a unos gitanos para que le llevaran los ataúdes de madera en un carro.

El grupo no perdió el tiempo y se dirigió al castillo del conde. Por el camino, se encontraron con el carro de los gitanos, custodiado por unos lobos. Los seis amigos se enfrentaron a ellos con sus armas y sus objetos sagrados. Hubo una batalla terrible, pero al final lograron llegar hasta el carro.

Llegó la venganza

Era ya casi de noche, y el vampiro estaba a punto de despertar. Los seis amigos no dudaron en abrir la última caja. ¡Sorpresa! Allí estaba el conde Drácula, pálido y frío, pero todavía vivo.

Jonathan Harker le clavó un cuchillo en el corazón, mientras Quincey Morris le cortaba la cabeza con una espada. El conde Drácula dio un grito horrible y se deshizo en polvo. Había muerto para siempre.

Todos respiraron aliviados y se abrazaron. Habían vencido al mal y salvado al mundo. Pero no todo fue alegría, porque Quincey Morris había recibido una herida mortal durante la batalla. Antes de morir, les dijo a sus amigos que estaba orgulloso de haber luchado con ellos, y que los quería mucho.

Los cinco amigos lloraron por Quincey Morris, pero no se rindieron. Regresaron a Londres y contaron su historia al mundo. También cuidaron de Mina, que se había recuperado del vampirismo gracias a la muerte del conde Drácula.

¿Qué nos enseña la historia de «Drácula»?

Esperamos que te haya gustado la historia del conde Drácula, una historia que nos enseña varias cosas. Como que:

  1. Hay que ser valientes, solidarios y perseverantes para enfrentarse al mal.
  2. Es importante proteger a las personas que queremos y no hay que dejarse engañar por las apariencias.
  3. Hay que tener cuidado con lo que deseamos y con lo que hacemos, porque todo tiene sus consecuencias.

¿Qué te ha parecido la historia del conde Drácula? ¿Qué otras historias te gustaría leer? Déjanos tu comentario y comparte este post con tus amigos y familiares. Y no olvides visitar nuestro blog para encontrar más historias, cuentos y libros infantiles. ¡Hasta la próxima!

Una respuesta a «La leyenda del conde «Drácula» adaptada para niños y niñas 🧛🏻‍♂️»

  1. Avatar de Rosa

    Me gusta muchísimo

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